Lacrimógena sinfonía: la exposición de Andrea que es memoria viva, sinfonía de cerámica, luto y resistencia
- 22cometas
- 19 nov
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19 de noviembre de 2025
Esta muestra es resultado del acercamiento que se hizo diálogo y abrió puertas a nuevos caminos para sentir, ver y oír cómo el arte y la memoria están imbricados, se requieren mutuamente. De la unión entre artistas, defensores de la memoria, víctimas e instituciones culturales, surgen propuestas que como esta, buscan hacer del dolor y desconcierto causado por graves hechos del pasado, causas que motivan acciones colectivas.
Víctimas de violencias hemos sido todas y todos en este país fragmentado por los golpes recibidos. Superar las narrativas que individualizan y tienden a aislarnos mutuamente es posible por el compromiso del arte con la creación hecha símbolo colectivo. Mujeres víctimas inspiraron en Andrea Echeverri la creación de obras que narran su dolor; forjaron un repertorio musical y una serie de piezas de cerámica que buscaban eso, nombrar el dolor de nuevas maneras, hacerlo melodía que se impregna y realizarlo en piezas cerámicas cuya fragilidad y firmeza tensan el arco en que el dolor y la necesidad de narrarlo, se encuentran. Mujeres que lloran lágrimas de sangre, vaginas que son espejos y nos enfrentan sin filtros a la dimensión íntima de la violencia sexual. Una tipografía que sella sin artificios nombres y palabras, unifica las piezas de esta exposición. La plañidera, las llora.

Las frases en las placas que cuelgan en las siluetas, provienen de testimonios, sentencias judiciales e investigaciones extrajudiciales sobre la masacre del Palacio de Justicia en noviembre de 1985. Fueron escogidas por Helena Uran Bidegain, directora de la Fundación Carlos H. Uran y autora de “Deshacer los nudos”, convencida de que el arte sabe romper el silencio y atraviesa el ocultamiento con belleza, y que en esa belleza habita la mejor forma de sanar el alma de una nación rota hasta hoy por los hechos.
















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